"Estamos habituados a los diálogos interpersonales, es decir a la relación que tengo con mi mamá, mi papá, mi hermano, mi pareja, etcétera, y todavía nuestra conciencia no ha puesto su foco de atención en los diálogos interiores", afirma el doctor y psicoterapeuta Norberto Levy, creador del sistema de Autoasistencia Psicológica, durante una entrevista, realizada en Buenos Aires, con LA GACETA. Al respecto, aclara que se trata de la primera corriente dentro de la psicología que propone explorar ese espacio de los diálogos internos y que define con precisión los roles significativos que interactúan.
-¿Qué es la Autoasistencia Psicológica?
- Es un modelo teórico y clínico que se centra en la exploración de las actitudes que tenemos para relacionarnos con lo que no nos gusta de nosotros mismos. Todos albergamos características que nos disgustan y -curiosamente- lo que hacemos para cambiarlas, en general, las empeoran. Veámoslo en un ejemplo: Paula me consultó porque se sentía insegura y temerosa. Le pregunté: si imaginaras que esa Paula insegura estuviera enfrente tuyo, ¿qué le dirías? Y ella, mirando hacia ese lugar, respondió: ¡te sacudiría y te daría unas cachetadas para que te despabiles...! Luego la invité a que tomara el lugar adonde ubicó a la parte insegura, y que viera cómo se sentía al escuchar eso. Desde allí respondió: ahora me siento más insegura que antes, me dan ganas de hacerme un bollito y desaparecer...
Aquí se ve claramente cómo su deseo de fortalecer a su parte insegura producía el efecto opuesto al que deseaba.
Los aspectos que rechazamos y queremos cambiar son distintos en cada uno: puede ser un aspecto dependiente, confuso, miedoso, depresivo, ansioso, etcétera. Las actitudes que implementamos para modificarlos también son diferentes en cada uno: gritarle, sacudirlo, alejarlo, esconderlo, etcétera, pero lo esencial de este tipo de diálogo interior es que lo que hago para transformar lo que rechazo de mí no coincide con lo que ese aspecto rechazado necesita. Este desencuentro es lo que está en la base del sufrimiento psicológico autocreado.
La Autoasistencia Psicológica define cuales son las causas por las que la intención transformadora se manifiesta a través de actitudes inadecuadas, y propone los pasos vivenciales que es necesario recorrer para darle sabiduría y eficacia a esa intención.
Y también define con precisión los roles significativos que interactúan: el aspecto rechazado y lo que hago para transformarlo.
- ¿Cuáles son las causas?
- Dicho muy someramente, la causa principal es la ignorancia y la inmadurez de la intención transformadora que intenta actitudes inadecuadas. Estas, frecuentemente fueron aprendidas en la infancia, y las repite, porque no tiene otras.
- ¿Cómo aprende otras más adecuadas?
- La respuesta es tan obvia que parece simplista e irrelevante pero es fundamental: consultar a esa parte insegura y preguntarle cuál es el trato interior que necesita recibir en lugar del que recibe para sentirse ayudada de verdad.
Eso es lo que le pregunté en esta sesión a la parte insegura de Paula, que me respondió: "que no me dé cachetadas, que me comprenda, que me escuche, que me trate con más cariño…"
Para que tuviera la oportunidad de conectarse con esa actitud que la parte insegura pedía, le propuse: "sentate unos centímetros a tu derecha, y allí intentá convertirte en esa Paula que trata a la miedosa como ella dijo que necesita".
Y desde ese nuevo lugar, luego de unos instantes de silencio, le dijo, muy conmovida: "disculpame, yo no sabía cómo ayudarte. Ahora que me lo decís, quiero que sepás que te quiero, que no quiero que estemos peleadas y que estoy a tu lado, pase lo que te pase…"
Este proceso es sencillo de describir en palabras y parece ilusorio y simplista, pero una cosa es describirlo y otra muy distinta es vivirlo. Se requiere un entrenamiento muy preciso de parte del terapeuta para lograr convocar a estos aspectos interiores y conducir el diálogo entre ellos para que descubran cuál es el trato que se brindan, cual es el necesitado, y que lo realicen ahí mismo, durante la sesión. Cuando se logra, la vivencia es muy intensa y el aprendizaje es muy transformador.
- ¿En quienes se inspiró para crear este modelo?
- En la década del 60 comencé mi formación en psicoanálisis. En los comienzos del 70 empecé a interesarme en las psicologías humanistas y transpersonales que destacaban la capacidad de autorregulación que existe en potencia en cada ser humano. Dichas corrientes fueron las pioneras en reconocer la energía amorosa como la energía básica y última que subyace en cada individuo.
Trabajando en el marco de esa cosmovisión comencé a observar cómo me relacionaba yo mismo con lo que me desagradaba de mí. Descubrí todas las actitudes destructivas que tenía hacia mí y que me hacían vivir peleado conmigo mismo. A partir de ahí pude ir percibiendo, poco a poco, el camino de distorsiones que había recorrido la intención amorosa que subyacía debajo de ese enojo y esa pelea. Mi trabajo personal continuó fortaleciendo la cualidad amorosa y fue restableciendo, con aquellos aspectos míos rechazados que quería cambiar, una relación de aprendizaje recíproco y colaboración. Y hoy puedo decir que esa experiencia entre dos partes mías aparentemente antagónicas, en las que se instala la solidaridad, el respeto y la interconsulta es la experiencia curativa más poderosa que he podido vivir. Y lo que aprendí -y sigo aprendiendo en mi trabajo personal- es lo que he volcado en mi tarea con pacientes y alumnos.
- ¿Qué relación tiene esto que describe con la conciencia transpersonal?
- Aníbal Sabatini, un querido maestro que tuve, pronunció la definición más simple y esencial de la conciencia transpersonal: "Los seres humanos somos células integrantes y conscientes del gran organismo universal".
Solemos percibirnos, en tanto individuos, como si fuéramos bolas de billar separadas unas de otras con las cuales compartimos el espacio. De esa cosmovisión básica surge la sensación de soledad, de desamparo y la visión de la vida como un perpetuo combate para sobrevivir. Cuando podemos reconocernos en nuestra condición de células conscientes e integrantes de un organismo más vasto, o para decirlo con una metáfora, como uvas de un gran racimo, se activa en nosotros el vínculo con los demás en términos de la relación que tenemos con los miembros de un mismo equipo. Ese es el gran cambio de paradigma que introduce la conciencia transpersonal, que modifica radicalmente nuestra manera de percibir la vida y nuestro lugar en ella.
- ¿Qué concepto tiene usted de Dios?
- Cuando uno ingresa en ese campo amoroso generado, por ejemplo, entre dos partes propias aparentemente antagónicas o entre dos o más personas relacionadas con una actitud de respetuosa interconsulta, en ese campo amoroso es donde encuentro a Dios. Y esta percepción está más allá de cualquier religión particular o está en conexión con la base de todas ellas.
Revólver o apertura
El ejemplo de la madre Teresa
El doctor Norberto Levy suele apelar a la madre Teresa de Calcuta. "Ella decía: 'Todos comenzamos así', y mostraba su mano reproduciendo la forma del revólver. 'Pero siempre, más cerca o más lejos de la conciencia, está la actitud latente de la mano abierta y tendida'. Me di cuenta de que la intención amorosa en mí había ido de la mano tendida al revólver. Así que mi trabajo personal continuó fortaleciendo la cualidad amorosa original y restableciendo una relación de aprendizaje recíproco y colaboración con aquellos aspectos míos que yo rechazaba".